CIUDAD DE MÉXICO
EL 2º MAYOR PRODUCTOR DE RESIDUOS DEL MUNDO.
Diariamente se vierten 13,000 toneladas de basura en la Ciudad de México, esto significa que cada uno de nosotros genera más de un kilo de residuos sólidos al día, principalmente orgánicos y plásticos. El problema no es sólo la generación excesiva de residuos, sino que la ciudad no tiene ninguna estrategia efectiva para gestionarlos, por lo que los vertederos siguen creciendo, quemando y envenenando nuestro aire, suelo, agua y alimentos.
DESPERDICIAMOS EL 34% DE LOS ALIMENTOS
De acuerdo con datos oficiales, los residuos sólidos urbanos en la Ciudad de México están compuestos en su mayoría por materia orgánica de la cocina y el jardín. La mayor parte se elimina junto con otros desechos en vertederos o incineradores. Mientras tanto, más de un tercio de todos los alimentos que se producen en México se desperdician como resultado de la sobreproducción y la distribución ineficiente.
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Para empeorar las cosas, hay mucha desinformación sobre cómo manejar y separar los desechos orgánicos, lo que significa que muy pocos son tratados y compostados. Como resultado, queda una gran cantidad de desechos mal clasificados, desechos infrautilizados y, lo que es más perjudicial, desechos excesivos.
RECICLAMOS SOLO EL 6% DE LOS RESIDUOS PLÁSTICOS.
Cada año se producen 12 MILLONES DE TONELADAS de residuos plásticos en la Ciudad de México, de los cuales solo se recicla el 6.07%. Por su parte, el 48% del plástico fabricado se destina a productos plásticos de un solo uso. Para tratar de frenar el uso de plásticos de un solo uso, el gobierno de la Ciudad de México ha comenzado a implementar regulaciones sobre bolsas de plástico y productos desechables, y a promover los plásticos biodegradables.
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Desafortunadamente estos esfuerzos se encuentran con muchos desafíos. Hay una falta de visión a largo plazo en la gobernanza, lo que significa que no hay suficiente tiempo para desarrollar infraestructura para reciclar todos los desechos que se producen. La mayoría de los gobiernos locales se encuentran bajo considerables restricciones financieras y políticas, y luchan por crear nuevos programas para abordar el problema de los desechos plásticos.
